Las vacaciones de una persona con artritis reumatoide, artritis psoriásica, artritis idiopática juvenil, espondiloartritis, lupus eritematoso sistémico o vasculitis no tienen por qué ser muy diferentes al del resto de las personas, pero sí se deben tener en cuenta una serie de aspectos para disfrutar plenamente y evitar complicaciones. El momento más seguro para planificar viajes es cuando la enfermedad se encuentra controlada bajo el tratamiento adecuado.
Los viajes representan una situación particular como tantas otras que los pacientes deben afrontar durante su vida. Es por eso que resulta fundamental una buena comunicación entre el paciente y el médico para que éste pueda transmitir, de forma adecuada y comprensible, la mayor cantidad de información posible sobre la enfermedad y responder todas las dudas, especialmente si el paciente estará muchos días fuera del hogar. “Mantener la adherencia al tratamiento, incluso en períodos vacacionales, es crucial para controlar el dolor, las manifestaciones articulares y extra-articulares, y detener el curso de la enfermedad para evitar un daño articular irreversible como deformaciones y/o discapacidad”, asegura la Dra. Alejandra Babini, Jefa de reumatología del Hospital Italiano de Córdoba y ex Presidenta e integrante de la Sociedad Argentina de Reumatología Babini.
La Sociedad Argentina de Reumatología, brinda una serie de recomendaciones para aquellas personas que conviven con una enfermedad reumática crónica. Al momento de organizar un viaje:
- Asegúrese de llevar la medicación suficiente y en su envase original para todo el período vacacional. Incluso, llevar algunas dosis extra será de utilidad ante cualquier imprevisto que extienda su estadía. Si viaja en avión, es recomendable llevar la medicación en el equipaje de mano por si llegase a extraviarse el despachado. Pídale a su reumatólogo un certificado especificando el diagnóstico y prescripción de la medicación (incluyendo nombre genérico de la droga) con las dosis necesarias para presentar ante las autoridades que corresponda. Además, será de utilidad contar con un informe de su historia clínica. Se aconseja llevar toda esta información traducida al idioma del país que visitará.
- Si su tratamiento incluye medicación que requiere conservarse refrigerada, es muy importante no cortar la cadena de frío porque podría perder su eficacia. Se debe trasladar en una bolsa térmica con varios geles refrigerantes e ir reemplazándolos en intervalos regulares para mantener la temperatura del producto.
- Si viaja al exterior, asegúrese de que su seguro de salud esté al tanto de su condición de enfermedad crónica preexistente para que ante cualquier inconveniente, cubran sus necesidades médicas.
- Para ingresar a ciertos países es necesario vacunarse con antelación. Consulte con su reumatólogo sobre su situación específica, especialmente si está recibiendo tratamiento inmunosupresor ya que deberá evitar vacunas a virus vivos o atenuados: varicela, zoster, fiebre amarilla, sarampión /rubeola /paperas, influenza inhalatoria, salmonela tiphy oral y rotavirus.
- Recuerde no exponerse al sol en la franja horaria peligrosa: de 11am a 16pm. En el caso de los pacientes con lupus con compromiso de piel, deben evitar la exposición solar. De no ser posible, deben utilizar protección con factor 50 o más.