La insulina es la hormona encargada de convertir los azúcares que obtenemos de los alimentos en energía; es segregada por el páncreas. Cuando el páncreas no funciona correctamente y la segregación de esta hormona es insuficiente o nula, entonces la glucosa, que no puede ser transformada en energía, se acumula en el torrente sanguíneo.
Este cuadro se denomina Diabetes. Existen dos tipos:
Diabetes Tipo I: ocurre cuando el páncreas ya no produce insulina. La única forma de tratamiento de este tipo de Diabetes es la aplicación de Insulina vía intramuscular de manera periódica y de acuerdo al perfil, alimentación y actividad de cada paciente en particular.
Diabetes Tipo II: ocurre cuando nuestro cuerpo tiene una deficiencia en la producción de insulina o resistencia a la insulina asociada a obesidad. Este tipo de Diabetes puede ser tratada con medicación y dieta, aunque en muchos casos y con el correr del tiempo estos pacientes suelen derivar en una Diabetes Tipo I.
Al igual que la AR, la diabetes es una enfermedad autoinmune. En el caso de la diabetes, el sistema inmunológico del cuerpo ataca las células del páncreas que producen insulina.
Sabemos que las personas con diabetes tipo 1 tienen casi el doble de probabilidades de tener artritis, pero ¿por qué? Las investigaciones sugieren un vínculo entre la diabetes y la artritis, aunque la naturaleza específica de esta conexión no está clara.
Una teoría sugiere que la inflamación sello distintivo de la AR— puede desempeñar un papel en el desarrollo de la diabetes. Esto se debe a la conexión entre la inflamación y un mayor riesgo de resistencia a la insulina. De hecho, la resistencia a la insulina tiende a ser elevada en la AR, y los niveles de marcadores inflamatorios tienden a ser altos, tanto en personas con AR como en personas con diabetes.
Otra teoría es que las personas con AR y otras formas de artritis tienden a ser más sedentarias (y un estilo de vida sedentario conduce a la obesidad, un factor de riesgo conocido para la diabetes). De ser cierto, esto podría explicar el mayor riesgo de diabetes entre las personas con artritis.
El uso de corticoides también podría jugar un papel importante, ya que es bien sabido que los esteroides pueden aumentar el riesgo de diabetes.
Sin embargo, los estudios muestran que otros medicamentos para la AR pueden en realidad disminuir el riesgo de diabetes: la hidroxicloroquina se asocia con un menor riesgo de diabetes, aunque no está claro a qué se debe.
Hay ciertos estudios que han demostrado que otros medicamentos para la AR conocidos como inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF por sus siglas en inglés), y metotrexato mejoran la resistencia a la insulina y reducen el riesgo de diabetes, pero se necesita más investigación.
Es importante que los pacientes con AR mantengan un estilo de vida y un peso saludable. Esto incluye ejercicio, consumir una dieta saludable que contenga proteínas, grasas saludables (Omega 3), granos enteros y vegetales sin almidón. También es muy importante no fumar.