Charla organizada por la Sociedad de Reumatología de Tucumán en la que se trataron diferentes temas inherentes a la Artritis Reumatoidea y las enfermedades reumáticas.
Charla organizada por la Sociedad de Reumatología de Tucumán en la que se trataron diferentes temas inherentes a la Artritis Reumatoidea y las enfermedades reumáticas.
Compartimos con ustedes la charla transmitida por Facbook Live, en la que el Dr. Gustavo Citera responde sobre Artritis Reumatoidea!!
En esta charla el Dr. Citera responde a preguntas de los pacientes acerca de remisión, tratamientos, complicaciones de la enfermedad, estados de ánimo, AR y COVID-19 y enfermedades autoinmunes entre otros temas.
Artritis reumatoidea: ¿Por qué no hay que callar los dolores?
Artritis reumatoidea: ¿Por qué no hay que callar los dolores?A pesar de la pandemia, los profesionales piden que los pacientes no abandonen los tratamientos. "Nos preocupa que no nos consulten o que pierdan la comunicación con su médico", dijo César Graf, presidente de la Sociedad Argentina de Reumatología. "El COVID en algún momento se va a ir y la artritis reumatoidea va a seguir"
Posted by TN Conbienestar on Thursday, October 15, 2020
Reunión en el Hospital Gutierrez de la Plata con una gran convocatoria de pacientes.
San Fernando: una Reunión de pacientes con artritis reumatoidea.
Alianza Federal: El 24 de Octubre, Día Nacional de Artritis Reumatoidea, el Hospital Nacional Profesor Alejandro Posadas se ilumino de verde y blanco.
AMAR CABA: Se reunieron junto con los reumatólogos del Hospital B. Rivadavia en el día de la concientización de la Artritis Reumatoidea y el diagnóstico temprano.
El accidente cerebrovascular (ACV) se produce cuando el flujo sanguíneo a una determinada área del cerebro se reduce o se corta, lo que hace que las células cerebrales mueran. Esto ocurre porque un coágulo de sangre bloquea el flujo sanguíneo o porque un vaso sanguíneo se rompe.
Los síntomas de un ACV pueden incluir dificultad para hablar, confusión, parálisis o adormecimiento de la cara, el brazo o la pierna, un dolor de cabeza repentino y severo, dificultad para ver con uno o ambos ojos y dificultad para caminar. Según la gravedad del ACV, la persona puede tener problemas leves, como debilidad temporal de una de sus extremidades, o efectos más severos y permanentes, como parálisis en un lado del cuerpo o pérdida de la capacidad para hablar.
Más de dos tercios de las personas que tienen un accidente cerebrovascular tienen algún tipo de discapacidad permanente.
Junto con el Infarto de Miocardio, el ACV es la causa de muertes prematuras en personas con artritis reumatoide (AR). Un estudio descubrió que las personas con AR tenían un riesgo 67 % mayor de apoplejía que las que no lo tenían, aunque no está claro hasta qué punto la artritis es un factor de riesgo independiente para la apoplejía. La conexión parece ser la inflamación.
Similar a la enfermedad cardíaca, algunos estudios muestran que la inflamación, incluido el tipo que se asocia con artritis y lupus eritematoso sistémico, aumenta el riesgo de una persona de sufrir un ACV.
Los factores de riesgo adicionales para el ACV incluyen colesterol alto, diabetes, obesidad, tabaquismo, hipertensión arterial y enfermedad de la arteria carótida (las arterias del cuello, que suministran sangre al cerebro, se reducen debido a la acumulación de placa). Un paciente con AR que tiene alguna de estas otras condiciones, tiene un mayor riesgo de tener un ACV.
Los factores de riesgo que ayudan a controlar el riesgo de ACV son: no fumar, perder peso, alcanzar niveles saludables de colesterol, comer una dieta balanceada y hacer ejercicio.
La “enfermedad cardiovascular” es un término general que incluye diferentes patologías como infarto de miocardio, ritmo cardíaco irregular, hipertensión y aterosclerosis (la acumulación de placa de ateroma en las arterias). La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en pacientes con AR.
La razón del aumento del riesgo de enfermedad cardíaca en pacientes con artritis es la inflamación. Independientemente de su origen, la inflamación es un factor de riesgo conocido para las enfermedades del corazón. La inflamación relacionada con la AR reduce los vasos sanguíneos y conduce a la formación de placas de colesterol dentro de las arterias. Si esta placa obstruye los vasos sanguíneos, se puede producir un infarto de miocardio (IM) o accidente cerebro vascular (ACV). La inflamación también puede remodelar las paredes de los vasos sanguíneos, haciendo que la placa dentro de los vasos sea más propensa a la rotura, lo que también puede desencadenar un IM.
Sin embargo, la inflamación de la AR no actúa sola. Existen otros factores de riesgo independientes para la enfermedad cardiovascular que pueden modificarse o controlarse, como fumar, el colesterol alto, la hipertensión, la inactividad, la obesidad y la diabetes.
Desafortunadamente, estos factores de riesgo tienden a ir de la mano con la artritis.
Si bien sabemos que los niveles altos de colesterol están asociados con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca en general, es más probable que los niveles de colesterol sean inestables en personas con niveles más altos de inflamación. Esto puede conllevar un riesgo mayor de infarto. Además, algunos de los medicamentos utilizados para la AR, como prednisona y AINE´s, parecen aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular, mientras que otros medicamentos para la AR ofrecen beneficios de protección cardíaca como por ejemplo los inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF pos sus siglas en inglés), el metotrexato y la hidroxicloroquina).
Puede ser difícil para los médicos evaluar el riesgo de enfermedad cardíaca en personas con AR. Por ejemplo, si alguien tiene altos niveles de inflamación, los niveles de colesterol pueden disminuir y los niveles bajos de colesterol pueden hacer que el médico piense que la persona no está en riesgo de tener problemas cardíacos. Sin embargo, los expertos sostienen que una vez diagnosticado el paciente con AR, es fundamental controlar la inflamación lo antes posible y evaluar nuevamente estos valores para comprobar fehacientemente los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y prevenir el daño cardiovascular.
Hacer ejercicio, consumir una dieta equilibrada y mantener el control de la inflamación en todo el cuerpo puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas.
La insulina es la hormona encargada de convertir los azúcares que obtenemos de los alimentos en energía; es segregada por el páncreas. Cuando el páncreas no funciona correctamente y la segregación de esta hormona es insuficiente o nula, entonces la glucosa, que no puede ser transformada en energía, se acumula en el torrente sanguíneo.
Este cuadro se denomina Diabetes. Existen dos tipos:
Diabetes Tipo I: ocurre cuando el páncreas ya no produce insulina. La única forma de tratamiento de este tipo de Diabetes es la aplicación de Insulina vía intramuscular de manera periódica y de acuerdo al perfil, alimentación y actividad de cada paciente en particular.
Diabetes Tipo II: ocurre cuando nuestro cuerpo tiene una deficiencia en la producción de insulina o resistencia a la insulina asociada a obesidad. Este tipo de Diabetes puede ser tratada con medicación y dieta, aunque en muchos casos y con el correr del tiempo estos pacientes suelen derivar en una Diabetes Tipo I.
Al igual que la AR, la diabetes es una enfermedad autoinmune. En el caso de la diabetes, el sistema inmunológico del cuerpo ataca las células del páncreas que producen insulina.
Sabemos que las personas con diabetes tipo 1 tienen casi el doble de probabilidades de tener artritis, pero ¿por qué? Las investigaciones sugieren un vínculo entre la diabetes y la artritis, aunque la naturaleza específica de esta conexión no está clara.
Una teoría sugiere que la inflamación sello distintivo de la AR— puede desempeñar un papel en el desarrollo de la diabetes. Esto se debe a la conexión entre la inflamación y un mayor riesgo de resistencia a la insulina. De hecho, la resistencia a la insulina tiende a ser elevada en la AR, y los niveles de marcadores inflamatorios tienden a ser altos, tanto en personas con AR como en personas con diabetes.
Otra teoría es que las personas con AR y otras formas de artritis tienden a ser más sedentarias (y un estilo de vida sedentario conduce a la obesidad, un factor de riesgo conocido para la diabetes). De ser cierto, esto podría explicar el mayor riesgo de diabetes entre las personas con artritis.
El uso de corticoides también podría jugar un papel importante, ya que es bien sabido que los esteroides pueden aumentar el riesgo de diabetes.
Sin embargo, los estudios muestran que otros medicamentos para la AR pueden en realidad disminuir el riesgo de diabetes: la hidroxicloroquina se asocia con un menor riesgo de diabetes, aunque no está claro a qué se debe.
Hay ciertos estudios que han demostrado que otros medicamentos para la AR conocidos como inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF por sus siglas en inglés), y metotrexato mejoran la resistencia a la insulina y reducen el riesgo de diabetes, pero se necesita más investigación.
Es importante que los pacientes con AR mantengan un estilo de vida y un peso saludable. Esto incluye ejercicio, consumir una dieta saludable que contenga proteínas, grasas saludables (Omega 3), granos enteros y vegetales sin almidón. También es muy importante no fumar.
Para los pacientes con artritis reumatoidea es fundamental hacer ejercicio, pero durante los meses más fríos y húmedos puede que sea más difícil poder realizarlos. Un buen consejo para todo el año es mantenerse hidratado y precalentarse durante cinco minutos antes de realizar cualquier tipo de ejercicio para prevenir los calambres musculares.
Durante el invierno, si el día está soleado y no hay viento ni heladas, es importante salir a caminar para absorber algo de vitamina D que es entregada por la radiación solar.
La vitamina D es importante para los pacientes con AR, ya que estudios han demostrado que los niveles más bajos de vitamina D se correlaciona con manifestaciones clínicas más graves de la AR y otras enfermedades reumáticas. Si vamos a estar al sol, no olvidar la utilización de protector solar.
Los niveles bajos de vitamina D también en el organismo están asociados con la sensibilidad al dolor y hacen que las personas corran un mayor riesgo de osteoporosis.
Si no es posible salir a caminar, los suplementos de vitamina D y una dieta saludable rica en vitamina D son adecuados. Hablá con tu médico al respecto.
Si vivís en zonas en las que el hielo o la nieve haga que las calles se vuelvan resbalosas, evitá las caminatas en el exterior. Realizá ejercicio en ambientes seguros.
Un gimnasio que tenga pileta cubierta es una excelente opción para realizar ejercicios de bajo impacto.
Antes de comenzar un programa de ejercicios, es importante que se establezca entre el médico, el paciente y el entrenador cuáles serán los objetivos para establecer la rutina correcta.
Es importante, para mantenerte motivado/a, que puedas encontrar un/a compañero/a de ejercicio, preferentemente alguien que tenga preocupaciones similares sobre su propia salud.
Más info sobre la Artritis en: https://www.reumaquiensos.org.ar/enfermedades/artritis-reumatoidea
Además de las articulaciones, comúnmente, el pulmón es uno de los órganos más afectados por la AR. Las complicaciones pulmonares asociadas con la AR a menudo no causan síntomas. El diagnóstico de enfermedad pulmonar en pacientes con AR puede ser difícil, ya que a veces pueden presentar síntomas superpuestos con otras enfermedades.
Es la complicación pulmonar más grave asociada a las personas con AR.
La enfermedad pulmonar intersticial difusa consiste en un extenso grupo de enfermedades pulmonares que afectan el intersticio, que es el tejido conectivo que forma la estructura de soporte de los alvéolos (sacos de aire) de los pulmones. Normalmente, cuando inhalamos, los alvéolos se llenan de aire y el oxígeno pasa a la corriente sanguínea. Cuando se exhala, el dióxido de carbono pasa de la sangre a los alvéolos y luego es expulsado del cuerpo. Cuando la enfermedad intersticial está presente, el pulmón se inflama y se vuelve rígido, evitando que los alvéolos se expandan por completo. Esto limita tanto el suministro de oxígeno al torrente sanguíneo como la eliminación del dióxido de carbono del cuerpo. A medida que la enfermedad avanza, el intersticio y las paredes de los alvéolos, se engrosan, impidiendo aún más la función pulmonar.
El tratamiento podría depender de la causa subyacente de la enfermedad y del estado de salud del paciente. Se podrían prescribir medicamentos, terapia respiratoria y como última opción, cirugía para ayudar a mejorar la función pulmonar.
La rigidez permanente de los pulmones, es otra afección pulmonar causada por la inflamación y a menudo está relacionada con la enfermedad pulmonar intersticial. A medida que los alvéolos saludables son reemplazados alvéolos engorsados, la respiración se vuelve difícil.
La terapia con oxígeno puede facilitar la respiración, pero no puede deshacer el daño causado por la inflamación.
Algunos medicamentos pueden causar fibrosis pulmonar o empeorarla, por lo que las personas con AR deben ser controladas de cerca para detectar enfermedades pulmonares.
Es una inflamación del saco que recubre los pulmones (pleura). Ocurre en más de la mitad de las personas con AR y puede hacer que la respiración sea dolorosa.
Es importante tratar de prevenir la enfermedad pulmonar asociada a la AR debido a su alto riesgo de complicaciones.
No fumar es fundamental. Si lo hacés pedile ayuda a tu médico para lograr un método efectivo y abandonarlo. Realizá chequeos periódicos para que tu médico te ausculte y controle tu respiración.
No lo olvides, si tenés AR y dificultad para respirar, tos u otros síntomas respiratorios, concurrí al médico inmediatamente.
Los pacientes con enfermedades crónicas como al Artritis reumatoidea (AR), pueden experimentar otras afecciones o enfermedades asociadas a dicha enfermedad. Los médicos llaman a estas situaciones comorbilidades.
Es importante entender cómo la AR puede afectarte respecto de ciertas enfermedades, para entonces encontrar estrategias proactivas que traten los problemas de salud concurrentes.
Las comorbilidades mas comunes con la AR son:
Con frecuencia no se tienen en cuenta ciertas condiciones que afectan la salud mental, pero actualmente se están realizando investigaciones sobre la artritis y depresión y la artritis y ansiedad.