Reumatología Pediátrica
La Reumatología Pediátrica es una especialidad nueva dentro de la Medicina. Se ocupa del estudio de las enfermedades inflamatorias y no inflamatorias del tejido conectivo en los niños. Estas enfermedades no sólo pueden afectar el sistema musculoesquelético, sino también órganos internos, vasos sanguíneos o piel.
Existe la creencia que las enfermedades reumáticas son solamente un problema de la población adulta, lo que puede demorar la consulta o el diagnóstico, con el consiguiente retraso en el inicio del tratamiento. Es muy importante el diagnóstico temprano, ya que uno de los factores más relevantes en el pronóstico es instituir precozmente el tratamiento antes que se produzcan secuelas irreversibles. Con un tratamiento adecuado, estas enfermedades pueden en su mayoría controlarse, pero no siempre es posible reparar el daño que ya causaron.
Los niños con enfermedades reumáticas deben ser evaluados por médicos especializados, ya que tienen características propias que los diferencian de la población adulta: están en crecimiento y su organismo puede verse afectado por la enfermedad o por el tratamiento, y como ocurre con toda patología crónica, es posible que se vea alterada su calidad de vida y la de su familia.
En Pediatría hay, además, enfermedades que no son reumáticas con las que deben plantearse diagnósticos diferenciales, por lo cual un diagnóstico temprano para establecer un tratamiento oportuno debe preveer la intervención de un equipo multidisciplinario: reumatólogo pediatra, clínico pediatra, terapista físico y ocupacional, psicólogo, y eventualmente otros especialistas según la patología a tratar.
Vacunas
Los niños y jóvenes con enfermedades reumáticas tienen requerimientos especiales de vacunación debido a que su sistema inmune, que es el que los protege de las infecciones, puede no funcionar correctamente, ya sea por la enfermedad de base o por el tratamiento que reciben.
En algunas ocasiones es necesario brindar protección contra ciertas enfermedades a través de las vacunas y, en otras, se deben evitar ciertas vacunas que podrían ser perjudiciales.
Los pacientes que reciben tratamiento con drogas inmunosupresoras (corticoides, azatioprina, metotrexate, leflunomida, talidomida, ciclosporina, ciclofosfamida) o drogas biológicas (etanercept, infliximab, tocilizumab, rituximab, adalimumab) no deben recibir vacunas con virus vivos ni vacuna BCG.
Los familiares de pacientes que reciben tratamiento inmunosupresor no deben recibir vacuna Sabin, sino vacuna Salk (vacuna inactivada).
Consultar siempre al Pediatra de cabecera o Reumatólogo infantil antes de vacunar a los niños.