De nada sirve abrigar los pies y las manos sin tomar las mismas precauciones para mantener la temperatura interior del cuerpo, lo cual es realmente más importante.
Elige prendas contejidos que permitan que el cuerpo respire. El sudor es una suerte de aire acondicionado del cuerpo, y puede operar en tiempo frío si no tienes cuidado. Las manos y los talones (junto con las axilas) tienen el mayor número de glándulas sudoríparas del cuerpo. Ese es el motivo por el cual las medias gruesas de lana y las botas de piel interior pueden, sin embargo, hacer tus pies húmedos y fríos.
Utilizá medias con mezcla de algodón en vez de algodón puro. Las medias de algodón puro pueden empaparse de sudor y enfriarte los pies.
No uses ropa ajustada. Ninguna prenda de tu atuendo tiene que ser apretada. Las ropas ajustadas, nylon, jeans, o zapatos, pueden interferir en la circulación y eliminar las aislantes capas de aire.
Vestirse por capas. Si vas a salir al frío, la mejor medida que podés tomar es vestirte por capas. Esto ayuda a conservar el calor y te permitirá desabrigarte progresivamente si la temperatura cambia. Tu capa más interior ha de ser de un tejidos sintético, que separa la transpiración del contacto con la piel.
Mezclas de tejidos con seda o lana también son aceptables.
Si querés mantener tus pies y manos calientes, es tan importante llevar un gorro como llevar guantes y medias. La cabeza es el lugar de mayor pérdida de calor corporal. Sus vasos sanguíneos están controlados directamente por el bombeo del corazón y no se constreñirán como los de las manos y pies.
Respecto de las manos, las manoplas mantienen más el calor que los guantes porque retienen todo el calor de tus manos.