Se realizó la edición 2018 del Concurso Literario para Pacintes. Se recibieron 9 escritos: 4 cuentos y 5 poesías.
La Profesora Laura Malosetti fue jurado del concurso y los premiados fueron un cuento y una poesía:
Primer puesto Cuento corto. Sra .Eunice Parodi.
Segundo puesto Poesía . Cicatrices. Sra. Maria Estela Rojo
¡Felicitaciones a las Ganadoras!
A continuación las obras:
Cuento Corto
Apareció un día sin ningún aviso previo, no se anunció,ni se presentó, se instaló en mi vida
y se hizo notar….ELLA, la A.R..
Poco a poco empezó a adueñarse de mí, de mis brazos, mis piernas, mi cuerpo, por dentro
y por fuera.
Cada vez me costaba más movilizarme,vivir como lo había hecho hasta ese momento, lo
peor o lo mejor…sabía de que se trataba, dos personas cercanas, sin ser familia,estaban en
silla de ruedas por “ella”.
El día que me diagnosticaron, me visualicé en ella.
La angustia, la tristeza, a desazón se instalaron y así, el dolor se acentuaba.
Empecé a creer que mi vida terminaba, que no había salida,los dolores crecían, la angustia
también, tenía tres hijos, un marido, veía a mis amigas de mi misma edad realizando
actividades que no podia yo…¿por que a mi?…era la pregunta…..
Un día, mi Doctor, me llamó y me propuso formar un grupo, con dos chicas, las que me
presentó….”está loco”, pensé….
Y así, comenzó a cambiar mi vida….el juntarme con otras y otros igual a mí, con los mismos
sinsabores,dolores y tristezas, hizo que no me sintiera más sola, tenía con quien hablar de
temas que por mucho amor que tenga nuestra familia o amigos, no es lo mismo.
La enfermedad siguió avanzando, entré en varias cirugías complicadas, con grandes
riesgos, mi corazón fibriló dos veces…pero yo ya había cambiado, no era la misma…cambié
mi forma de pensar, de ver, de escuchar.
Hoy puedo y debo dar gracias a la A.R., aunque parezca rídiculo,pero es así…aprendí a
agradecer por el simple hecho de respirar, de reir, de caminar,aunque sea mas lento, o con
bastón…aprendí que yo no soy una enferma, soy una persona con una enfermedad…que
formar parte del grupo de autoayuda, es lo mejor, porque ayudo y me ayudan, valga la
redundancia.
Se abrió una ventana, entró el sol, y lucho para que otros sientan igual….hoy soy feliz,
quizás no pueda saltar o correr con mis nietos, pero si puedo contarles cuentos, y
demostrarles que todo se puede, a veces desde lugares diferentes, pero con amor y fe, hay
esperanza.
Eunice Parodi
Cicatrices
Un rayo de luz
en la oscuridad,
llegó directo al corazón
perforando sutilmente
las hondas cicatrices
del pasado.
En el inmenso mar
de la distancia,
está latente la silueta
enamorada;
¡qué importa las lunas
que pasaron!…
Si fué todo un espejismo
no olvidado.
No existe un elixir
que sane las heridas;
no importa lo vivido
en el tiempo transcurrido,
aun el inmenso mar
de la distancia,
quizás,
quizás, no todo esté perdido.
Maria Estela Rojo